¡Shhhhhhhhhhh¡ y presten atención; decía mamá
y de pronto la canica caía y daba vueltas en un rodar infinito,
es lo que nosotros sentíamos, seria por las ansias que nos provocaba
su ruido incesante
advertíamos la proximidad del otro
y nuestras manos extendidas en la oscuridad chocaban.
¡La canica se detuvo¡ gritábamos en nuestras mentes
y corríamos a su encuentro,
nosotros mezclados en la penumbra
y entre codazos nos apartábamos del tumulto
que generaban 3 hermanos
nuestras palmas y el suelo se confundían y se mezclaban
¡Aquí esta¡ gritaba casi siempre el hermano menor.
Recuerdos de época de miedo para muchos,
Y remembranzas añoradas para 3 hermanos en una de aquellas noches
de apagón.
L.F.A
TERROR, FAMILIA